Una producción cuidadosa, un procesamiento cuidadoso y un uso mínimo de aditivos garantizan una alta calidad y un sabor auténtico.
AMBIENTE SALUDABLE
La naturaleza es nuestro medio de vida. Con suelos fértiles, agua limpia, plantas sanas y una alta biodiversidad, garantizamos una alimentación sana a largo plazo. Los animales sanos, criados con respeto a su especie, necesitan menos medicamentos y viven más. La agricultura ecológica contribuye así a la salud de los seres humanos y del planeta.
SUELOS SANOS. PLANTAS SANAS
Los agricultores orgánicos lo saben: un suelo sano es insustituible y es un requisito previo para plantas sanas, animales sanos y, por tanto, alimentos sanos. Es la base sostenible de nuestra vida, almacena humus y nutrientes, filtra el agua y descompone los residuos vegetales.
EL AGUA ES FUENTE DE VIDA
El agua es un recurso cada vez más preciado. En muchos lugares el agua es escasa o está contaminada. La agricultura ecológica garantiza de forma sostenible que el agua permanezca limpia. Al renunciar al uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos, no libera sustancias tóxicas al medio ambiente.
LO ORGÁNICO PROTEGE EL CLIMA
Al proteger los suelos y promover su fertilidad, los agricultores orgánicos aumentan el contenido de humus del suelo y así le permiten almacenar más CO₂, que es perjudicial para el clima. Todo el sistema, sobre todo porque no recurre al uso de fertilizantes sintéticos, ahorra recursos y energía.
CERTIFICADO ECOLÓGICO EUROPEO
En Alas de Castilla los sistemas de gestión y producción agroalimentaria se basan en el respeto al medio ambiente, la utilización de métodos naturales, el fomento de la biodiversidad, la preservación de recursos naturales, el bienestar animal y una producción conforme a las preferencias de los consumidores por alimentos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales
VENTAJAS
La agricultura ecológica es un método de producción cuyo objetivo es obtener alimentos utilizando sustancias y procesos naturales. Por ello, la agricultura ecológica tiende a tener un impacto medioambiental limitado, ya que promueve:
El uso responsable de la energía y los recursos naturales;
El mantenimiento de la biodiversidad;
La conservación de los equilibrios ecológicos regionales;
La mejora de la fertilidad del suelo;
El mantenimiento de la calidad del agua.
Además, las normas de la agricultura ecológica persiguen un alto nivel de bienestar animal y exigen de los agricultores que respeten los hábitos de conducta específicos de los animales.